HISTORIA
La ciudad de Medellín, (Colombia), es crónologicamente más corta
que la historia de otras ciudades colombianas como Popayán, Cartagena de Indias, Cali o Bogotá.
El valle en donde se ubica Medellín (el Valle de Aburrá) estaba habitado por
pueblos indígenas desde el siglo V a. C., aproximadamente; fue visto por los
españoles, por primera vez, apenas 49 años después del arribo de Cristóbal
Colon a las Bahamas, en agosto de 1541 durante
una expedición al mando de Jerónimo Luis Téjelo, quien a su vez obedecía
órdenes del Mariscal Jorge Robledo.
Fue fundada el 2 de marzo de 1616 y erigida como Villa de Nuestra
Señora de La Candelaria de Medellín el 5 de noviembre de 1675; a
través de los años se daba como fecha de fundación la segunda pero en el
decreto 17 de 1966 del honorable concejo de la ciudad se decreto como fecha
oficial la del 2 de marzo de 1616.
Origen
etimológico
Cecilio Metelo Pío
fundó en el año 75 a. C. una
población en Hispania (hoy España), a la que llamó Metellinum. Se
trata de la actual Medellín de Extremadura, en la provincia de Badajoz. Un conde de esa localidad de Medellín
de Extremadura, don Pedro Porto Carrero y
Luna, presidente del Consejo de Indias de España, consiguió
una autorización para llamar Medellín a una nueva fundación americana, debido a
su interés en
que otra recién fundada villa de ultramar fuese reconocida por la España peninsular.
A través de la historia, Medellín ha sido llamada
con diferentes nombres: “Aburrá de los Yamesíes”, “San Lorenzo de Aburrá”, “San
Lorenzo de Aná”, “Valle de San Bartolomé”, “Villa de la Candelaria de Medellín”
y, finalmente, se ha llamado “Medellín”.
No se conoce mucho acerca de la población
prehispánica que habitó la región donde se asienta Medellín (Colombia) que hoy
conocemos como el Valle de Aburrá, donde también se asienta
el Área Metropolitana
de Medellín.
Muchos son los nombres que vagan por la memoria de
la ciudad y el departamento de Antioquia asociados con caciques,
leyendas y tradiciones, y son ellos casi los únicos vínculos que se conservan
con los ancestros indo-americanos. Catíos, Nutabes, Tahamíes, Yamesíes y Niquías, son algunos
de los apelativos de aquellos pueblos eliminados de la faz de la región y que
en conjunto se denominaron aburraes por el hecho de habitar el Valle de Aburrá.
Hoy día, en 2007,
estudios científicos arqueológicos comienzan a desplazar las vagas crónicas
antiguas sobre el origen de Medellín, y a descubrir poco a poco el rostro de
esos primeros habitantes y sus aportes a lo que llegaría a ser la identidad del paisa y
del medellinense.
Conquista
española
El Valle de Aburrá, en donde hoy se asienta Medellín,
fue visto por primera vez por los españoles el 24 de agosto de 1541,
apenas 49 años después del arribo de Cristóbal Colon a las Bahamas, por una
expedición de 32 hombres que venía en búsqueda de tierras y riquezas al mando
de Jerónimo Luis Tejelo, quien a su vez obedecía órdenes del
Mariscal Jorge Robledo.
Los indios dueños del Valle de Aburrá, armados con dardos,
macanas y tiraderas, ofrecieron una feroz resistencia, y muchos se suicidaron
para evitar ser dominados. Luego de su paso inicial por el valle, esta primera
expedición española de Tejelo pasó de largo y continuó su exploración hacia el río Magdalena, lejos hacia el este del
valle.
Muchos años después, en 1616,
el valle resultaría propicio a otro grupo de conquistadores encabezados por Francisco
Herrera y Campuzano para fundar el 2 de marzola población de San
Lorenzo de Aburrá en donde hoy queda el Parque de El Poblado.
Se trató del establecimiento de un resguardo indígena para la protección de los
naturales, con 80 nativos. Que desapareció pronto por la prohibición del
mestizaje.
Entre 1630 y 1650,
empezó la población del Valle de Aburra por parte de descendientes de los
primeros españoles y por inmigrantes nuevos. En 1637 y luego en 1646 se
trasladan los habitantes al ángulo formado por el río Aburrá hoy río Medellín, y el riachuelo de Aná (quebrada Santa Helena).
En 1649 en el Sitio de Aná se construye la iglesia
de la Candelaria por iniciativa del Padre Juan Gómez de Ureña, y desde entonces
empezó a designarse el sitio con el nombre de Nuestra Señora de la Candelaria
de Aná.
El 20 de marzo de 1671 el
Teniente de Gobernador Juan Bueso de Valdés funda la Villa Nueva del Valle de
Aburrá de Nuestra Señora de la Candelaria, por decreto del Gobernador Francisco
de Montoya y Salazar. Esta fundación no tuvo el efecto que podría tener una
dada mediante Real Cédula fundacional, por lo que se busca la confirmación de
la misma, además por los problemas que presentaban para los habitantes de la
nueva Villa, los intereses de los de Santafé de Antioquia, que intuían que su
papel preponderante se vería disminuido con la reciente fundación.
En 1675 se dio la
fundación de la Villa de Nuestra Señora de la Candelaria de Medellín, según Real Cédula portada por el
gobernador y capitán general de la provincia de Antioquia Miguel de Aguinaga y
Mendigoitia, de origen vasco en la Villa de Eibar (Guipúzcoa), quien dicta el
auto de erección de este poblado el 2 de noviembre de 1675 y le impuso el
nombre de Medellín, derivado de Quinto Cecilio Metelo Pío, fundador de la
ciudad de Metellinum (Medellín), en Extremadura, en honor a un protector suyo,
que era don Pedro de Portocarrero y Luna, conde de Medellín y comendador de
Indias, quien siempre se había mostrado muy favorable a la creación de esta nueva
villa. El acto fue adelantando luego de la misa en ceremonia solemne que
incluyó procesión a caballo presidida por el Gobernador, seguido de los
Principales del pueblo; acto seguido se leyó la Real Cédula y fue fijada en una
estaca en el centro de la Plaza Mayor.
Colonia
española
Durante el tiempo colonial
Medellín no tuvo mucha importancia como centro urbano. El señorío de Antioquia lo ostentarían en esa época
la ciudad madre de la región antioqueña, Santa Fe de
Antioquia, en el occidente del
departamento, la ciudad de Rionegro en
el oriente, y
los pueblos mineros de la zona del Bajo Cauca. Medellín sería una tranquila
villa rodeada de hatos sin mayor importancia.
En la época de la Colonia, la fundación de nuevos
asentamientos en el Valle de Aburrá obedeció a la necesidad de intercambio de
la capital provincial de Santa Fe de
Antioquiacon otras regiones del país y del exterior, dada su
posición de paso obligado en la ruta hacia el río Magdalena y la costa atlántica.
Luego, con el transcurso del tiempo, el valle, y en
especial Medellín, pasaron de ser una simple estación en las rutas comerciales
que provenían de la capital provincial, a convertirse en el nuevo centro
político y económico de la región.
El gobernador Miguel Aguinaga y Mendiogoitia, el 2 de noviembre de 1675,
estableció a todo el Valle de Aburrá como una sola
jurisdicción, desde el nacimiento del río Medellínhasta el lugar donde cambia su
nombre por el de río Porce, es decir, desde el paraje de La
Valeria, en el municipio de Caldas, al
sur del valle, hasta la localidad de El Hatillo en el
municipio de Barbosa,
al norte; tres mil personas habitaban entonces la zona.
Los primeros nombramientos fueron: alférez real don
Rodrigo García Hidalgo, alguacil mayor don Juan Jaramillo de Andrade, alcalde
provincial de la Santa Hermandad don Pedro Gutiérrez Colmenero, regidores don
Roque González de Fresneda, don Francisco Díez de Latorre, Luis Gómez y don
Alonso López de Restrepo. Habiéndose excusado Colmenero y García Hidalgo, se
les reemplazo con don Marcos de Rivera y Guzmán y don Pedro de Celada y Vélez.
En 1674 desde los
Potreros de Barbosa (llamada así desde que el capitán Nicolás Blandón traspasó
los terrenos a Diego Fernández Barbosa), comprendiendo Hatogrande (Girardota),
el Sitio de la Tasajera (Copacabana) y Hatoviejo (Bello), había sesenta y ocho
familias; en el Sitio de Aná (Centro) ochenta y cinco, en el Poblado de San
Lorenzo (El Poblado) veinticuatro, en El Guayabal sesenta y dos, en La Culata
(San Cristóbal) dieciocho y en Bitagüí (Itagüí) diez familias.
La mayor parte de la población estaba conformada
por indígenas, negros y mestizos con un pequeño grupo de peninsulares; a la llegada
de don Miguel de Aguinaga y Mendigoitia los militares españoles eran:
§
Capitán
don Matheo Castrillón Bernaldo de Quirós, nacido en Santiago de Arma de padres
Astures, quienes llegaron al Nuevo Reino junto con Sebastián de Belalcázar,
Gaspar de Rodas, Jorge Robledo y el capitán Nicolás Blandón (nacido en Badajoz
en 1538, abuelo de don Matheo); posteriormente sería gobernador de la provincia
de Antioquia y fue por su propia iniciativa designado por el entonces
gobernador Antonio Portocarrero y Monroy como encomendero de
todo el valle (desde La Valeria en Caldas hasta los Potreros de Barbosa),
responsable de la colonización del Valle de Aburrá, lo que adelantó con sus
huestes a golpes de hacha. El capitán don Matheo fue el padre de doña Ana de
Castrillón quien fuera esposa del gobernador Francisco de Montoya y Salazar. Es
de anotar que en predios y en presencia de don Matheo se discutieron los
detalles de la fundación y su auto.
§
Capitán
don Rodrigo García Hidalgo.
§
Capitán
don Juan Jaramillo de Andrade y Fernández de Salcedo.
§
Capitán
don Pedro Gutiérrez Colmenero.
§
Capitán
don Francisco Díez de Latorre.
§
Capitán
don Roque González de Fresneda.
§
Capitán
don Marcos de Rivera y Guzmán.
§
Capitán
don Bartolomé de Aguilar.
§
Alférez
don Alonso López de Restrepo.
§
Ayudante
don José Vásquez Romero.
§
Cabo de
escuadra Luis Gómez.
§
Contador
Antonio Atehortúa y Ossa
Otras seis u ocho familias de civiles, entre los
que se contaban los que fueron encargados del censo por el Gobernador Aguinaga,
Joseph Vásquez Romero (Protector de los Naturales), Diego García de Galbis,
Lucas de Morales y Marcos López de Restrepo, este último primo del alférez don
Alonso y de quienes se conserva registro de su origen en el poblado de Restrepo
en el actual Vegadeo, antes parte de Castropol, en
Asturias y vecinos de la “… Ría de San Esteban de Piantón y Paramios,
jurisdicción de la Villa de Castropol en Asturias de Oviedo”, lugar del cual,
“… corriendo el año 1638, parten hacia las
Indias Occidentales. Se alistan en los galeones de la Armada de S. M. el Rey
Felipe IV, que parten de San Lúcar de Barrameda en la expedición al mando de
don Carlos de Ibarra…”, arribando a la Nueva Granada en 1646.
Como comentario adicinal, Antioquia careció de una
tradición artesanal durante el período de la colonia y, como en el resto del
país, los pocos objetos de interés artístico fueron traídos de los talleres
quiteños.
El mandatario Juan del Corral declara a Medellín
ciudad en 1813, motivado por la importancia comercial
que la ciudad había adquirido por ese entonces.
Sólo hacia 1870 se
inició en la comunidad un gran auge económico y como consecuencia se produjeron
la consolidación de una arquitectura y un espacio urbano representativos, así
como la creación de entidades dedicadas a las bellas artes y a las letras.
Independencia
En consecuencia, Medellín no tendría tampoco mucho
protagonismo en ese importante evento que representó la independencia nacional.
Dicho protagonismo correspondería, en el departamento de Antioquia, a la ciudad de Rionegro y
en general al Oriente antioqueño,
con figuras heroicas de primer orden como el general José María Córdoba.
El tiempo de Medellín tampoco sería entonces el de la Independencia. No
obstante, Francisco Antonio
Zea, uno de los grandes personajes de la gesta independentista,
nació en Medellín el 21 de noviembre de 1766,
y moriría en Inglaterra en 1822.
El gobernante Juan del Corral declara
ciudad a Medellín en 1813, ante su creciente
importancia comercial que se debió a su estratégica ubicación en medio de los
dos principales centros económicos antioqueños de entonces: Rionegro y Santa Fe de
Antioquia.
Por fin, el 17 de abril de 1826,
la villa es elevada a la categoría de capital de Antioquia, título que
ostentaba la ciudad madre Santa Fe de
Antioquia
Finales
del siglo XIX
La ciudad empezaría a tener una cierta importancia
económica y política con figuras como Pedro Justo Berrío (1827 - 1875),
quien iniciaría una era de progreso y construcción de infraestructuras. Tranvía, tren, banca,
carreteras y un dinamismo político de rango nacional comenzarían a gestarse en
la naciente ciudad. Sería también un centro intelectual importante que atraería
a escritores y pensadores. La Guerra de los Mil
Días, que cerró el siglo XIX en Colombia, no afectaría en mucho al
departamento de Antioquia ni a
Medellín.
En 1888 empezó a
funcionar la escuela Santa Cecilia, dedicada a la enseñanza de la música. Más
adelante, al integrarse con el taller de pintura de Francisco A. Cano, se formó
el Instituto de Bellas Artes en 1910. Los ideales
religiosos, políticos y económicos de la élite, los ordenamientos sociales y
espaciales que se imponen durante las distintas décadas, configuran una cultura
definida y aceptada desde la oficialidad. La diversidad étnica y social, la
memoria oral, los valores sociales, las tradiciones y las costumbres, las
vivencias implícitas en el poblamiento, la supervivencia y el establecimiento
permanente en la ciudad, generan nuevas realidades culturales.
Las artes plásticas, la literatura y la música se presentan
como manifestaciones culturales de trascendencia por su repercusión social e
histórica, por hacer parte del conocimiento, de la interpretación y la
apropiación regional y local, y por sus temáticas y contenidos.
Hacia 1890,
y ante una ciudad que había crecido sin planeamiento y en forma desordenada en
los dos siglos anteriores, la Administración formula el primer plano futuro,
pero a pesar de realizar el primer gran esfuerzo en tal sentido, la dinámica de
desarrollo de la ciudad no variará substancialmente. Para la época, Medellín
era sólo un poblado grande, de calles empedradas, prácticamente sin servicios
públicos, carreteras o telecomunicaciones.
Primera
mitad del siglo XX
Los procesos importantes de industrialización y
desarrollo urbano comenzaron en la década de los 30. Las políticas de
presidentes como Enrique Olaya
Herrera (1880 - 1937)
o Alfonso López
Pumarejo (1886- 1956),
abrieron las puertas al crecimiento económico del país que beneficiaría en
cierta manera a poblaciones como Medellín. A la par con el desarrollo cultural
y social, la comarca se preparaba para el despegue industrial que ya asomaba
tras la abrumadora presencia del oro y el café.
Durante los primeros cincuenta años del siglo XX, la historia de Colombia pasó
ahora sí por Medellín, que se convirtió en un centro de poder político y
económico. Fue entonces cuando se expresó a plenitud el gran espíritu
empresarial del pueblo antioqueño, y por igual el de una sociedad económica sin
los latifundios que caracterizaron el desarrollo de las demás regiones del
país. La propiedad estuvo repartida y Antioquia, especialmente como resultado
de la Colonización
Antioqueña, se convirtió en el eje industrial, económico y
financiero de la nación.
El cruce del Valle de Aburrá por parte del
ferrocarril, la proximidad a fuentes de agua para generación de electricidad y
para los procesos industriales, la cercanía a un mercado de expansión, se
convirtieron entre otros en los principales factores de localización de la
industria incipiente y promovieron el fortalecimiento de las cabeceras
municipales con mayores ventajas comparativas en este campo, tales como Bello, Itagüí, Envigado y Medellín.
La Guerra
Civil: "La Violencia"
Después de 1945,
con el comienzo de la época de “La
Violencia”, la ciudad afrontó un proceso acelerado de crecimiento
que hizo aumentar el número de habitantes y urbanizar terrenos que no eran
tenidos como posibles zonas de construcción, especialmente hacia el norte. Si
bien la guerra civil que se ensañó con los campos colombianos no tocó
directamente a la ciudad, esta sí se vio afectada por la llegada masiva de
refugiados.
El desconocimiento oficial de los hechos
sangrientos que se desarrollaron en los campos colombianos y que causaron un
número impreciso de víctimas (las fuentes oficiales negarían públicamente que
se trataba de una guerra y lo llamaban “perturbación del orden público”),
hicieron que los refugiados campesinos que llegaban a poblaciones como
Medellín, no fueran considerados como tales y por ende, no tuvieron una
atención debida a sus necesidades. Por dicha razón se produjo un crecimiento
desmesurado de la ciudad.
La crisis
de las mafias
La década de los 70 vio el surgimiento de las
mafias colombianas de la droga, lo que influiría en los problemas sociales,
políticos y de desarrollo de la ciudad, y que contribuirían a asignarle el
título de “ciudad más violenta del mundo”.
La crisis provocada por la mafia afectaría la vida
de la ciudad sobre todo en la década de los 80 debido a la guerra del estado
contra la misma, y que tuvo a la ciudad como principal escenario. Pero el
desarrollo de las mafias y su presencia en la ciudad obedece a un proceso más
complejo que implica situaciones sociales y políticas del momento. El fenómeno
del sicariato, por ejemplo, es el encuentro entre una realidad de marginación
social y el avance de los negocios ilícitos de las drogas.
Las mafias han producido un costo alto en vidas
humanas, perdida de inversiones en la ciudad, y un atraso en el desarrollo del
area metropolitana.
A principios del siglo XXI la ciudad continuaba
recibiendo los efectos negativos de un ilícito pero lucrativo negocio que
condujo a una crisis sin precedentes en la historia de la "Tacita
de Plata".
Medellín ha sido asociada con violencia, carteles
de la mafia, Pablo Escobar,
sicarios y delincuencia común.
SÍMBOLOS
Escudo
El escudo de armas de Medellín es el emblema
más antiguo de la ciudad, tiene su origen en la concesión de su uso por el rey Carlos II de España por medio de la Real Cédula dada
en Madrid el 31 de marzode 1678, y cuyo documento
dice:
"...Un escudo campo azul y
en él un torreón muy grueso, redondo, todo alrededor almenado y sobre él un
escudo de armas que tiene quince encajes, siete azules y ocho de oro, y sobre
su coronel que le toca y en el homenaje de la torre a cada uno de los lados un
torreoncillo, así mismo almenados y en medio de ellos puesta una imagen de
Nuestra Señora sobre una nube, con su hijo en los brazos...".
Sin embargo, una descripción más refinada y
estructurada en el lenguaje heráldico,
aunque no es oficial, sería:26
"En campo de azur, un torreón redondo
de oro, mazonado y aclarado de sable, cargado de un escudete jaquelado de 15
piezas, 7 de azur y 8 de oro (armas de la casa de Portocarrero),
timbrado de corona antigua de oro, y superada, entre sus dos torrecillas, una
nube portando la imagen de Nuestra Señora de Candelaria portando al Niño, en su
brazo siniestro, y una candela en su mano diestra, rayonante y acostada de
nubes nacientes de cada cantón."
El blasón se ha mantenido con el tiempo desde que
fue otorgado, sin más variaciones que las estéticas, pues es de destacar que
existen diferentes versiones estilísticas entre la Alcaldía y el Concejo
Municipal, además ninguna cumple estéticamente con las normas heráldicas.
Bandera
Para fortalecer los vínculos con la región, el
municipio adoptó la Bandera de Antioquia, a la cual se le
agregó el escudo de la ciudad, para así poderlas diferenciar. La bandera está
compuesta por dos franjas horizontales de iguales proporciones, la superior
blanca y la inferior verde, y en el centro entre ambas franjas se ubica el
escudo. El color blanco simboliza pureza, integridad, obediencia, firmeza y
elocuencia. El verde representa la esperanza, la abundancia, la libertad y la
fe.
FESTIVIDADES
§
Feria de las Flores. Es el evento más representativo
de la ciudad de Medellín. Se realiza a finales del mes de julio hasta comienzos
del mes de agosto. La Feria, además de otras múltiples actividades y festejos,
tiene como eje principal el Desfile de
Silleteros, una vistosa parada de enormes y artísticas silletas de
flores cargadas en la espalda por sus propios cultivadores y ya muy conocida
internacionalmente.
§
Festival
Internacional de Poesía. Esta es una congregación anual de poetas de casi
todo el mundo, quienes entregan al público sus poemas y lecturas de una
peculiar manera masiva en parques, auditorios, barrios populares y poblaciones
cercanas a Medellín. Este evento ha sido galardonado con el Premio Nobel
Alternativo, antesala del Premio Nobel de Paz, por la fundación
Right Livelihood de Suecia, y su objetivo consiste en luchar por la paz a
través del arte poético.127 El XVII Festival
Internacional de Poesía de Medellín se realizó entre el 14 y el 22 de julio de 2007,
con la participación de más de 80 poetas provenientes de alrededor de 55
naciones.
§
Festival
Internacional del Tango. Celebración anual popular, una expresión de la
cultura tanguera que Medellín adoptó como propia. Este es un legado del bardo Carlos Gardel, quien murió en esta ciudad
en un accidente de aviación en 1935. Dentro de las
actividades del Festival se destaca La Tangovía, donde la gente se lanza a la
calle masivamente para bailar, escuchar tango, milonga y,
obviamente, divertirse a instancias de la cultura.
§
Festival
internacional de Jazz. La Corporación Medellín de Jazz y otras entidades
de la ciudad organizan anualmente en septiembre este ya tradicional festival,
con participación de reputados exponentes mundiales y nacionales del género. Se
realiza simultáneamente en varios lugares de la ciudad, como el teatro al aire
libre del Centro Comercial El Tesoro y el Café Teatro de la ciudad. El Festival
de jazz ha personificado un renacimiento de la música de novísima generación en
la ciudad y atrae cada vez más músicos connotados y público masivo.
§
Fiesta del Libro. Uno de los eventos culturales más importantes de
Medellín, la Feria del Libro de Medellín se
celebra con la participación de autores nacionales e internacionales y
expositores de todos los géneros. Es auspiciada por la Alcaldía de Medellín.
§
Festival
del Humor.
Celebración anual de risas, humor, trovas, comedia y vida descomplicada,
realizada en el Teatro Metropolitano de Medellín con la participación de
artistas del humor de todo el país y el extranjero, y que tiene como objeto
cultivar y preservar el buen humor como importante expresión cultural, además
de mantener en la comunidad una cantera sostenible de artistas relacionados o
dedicados a él.
§
Desfile de
Mitos y Leyendas. La noche del 7 de diciembre de cada año, la noche de las luces, el
centro de la ciudad se engalana con el desfile que en medio de disfraces,
cánticos y comparsas, evoca los mitos y leyendas más conocidos de la comarca:
La madre monte, El cura sin cabeza, La dama verde, El sombrerón, La llorona y
muchos más.
§
Feria y
Salón Internacional del Caballo. A partir de 2009 se
añadió a la cultura caballista paisa el Salón
Internacional del Caballo, celebrado en el mes de octubre, una
exposición verdaderamente única y digna de ver con participación de varios
países y muy variadas y finas razas.128
§
Feria
Taurina de La Macarena. Una de las más importante feria taurinas de
América, realizada cada año entre enero y febrero gozando de buena entrada de
la afición, reúne a los mejores exponentes de la fiesta brava y triunfadores en
las mejores plazas de América Y España, es realizada en la Plaza de toros de La
Macarena, plaza de categoría A. La mayoría de los ingresos que deja la feria
son destinados al Hospital
Universitario San Vicente de Paúl, además de generar un buen ingreso
económico a la ciudad.
Otros eventos destacados de la ciudad: Expofinca,
Feria del Hogar y la Integración Cooperativa, Feria de la Construcción, Feria
Metalmecánica, Feria de la Antioqueñidad, Expocasa, Colombiamoda, Superventas,
Feria internacional del Transporte, Café de Colombia, Saludexpo, Expoempresa,
Agroferia, Hecho a Mano y muchísimas otras.
Desfile de silleteros
Edificio científico
Pueblito paisa
Metro
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